lunes, 5 de marzo de 2012

Libro viajero aventurero



La vida, en ocasiones, nos concede pequeños favores. Y uno de los más emocionantes que nos ha concedido ha sido poder conocer a tanta gente gracias al grupo de facebook Algo mas que lecturas 
Grandes lectores ávidos de relatos interesantes e increíbles autores que narran las historias de forma tan magistral que nos hacen volar a lugares lejanos y vivir experiencias maravillosas.
Gracias a todos ellos hemos puesto en marcha El libro viajero aventurero 
Un proyecto fascinante donde todos participamos de forma activa.
Ha sido una tarea ardua el preparar todo, pero la recompensa es infinita comparada con el trabajo.
Los libros están ya viajando, pero quien realmente viaja es el lector que los recibe, porque gracias a ellos conocerá lugares, personas, vivirá historias y pasiones, alegrías y tristezas, unas veces sufrirá, pero seguro que tantas otras reirá.
Este es vuestro proyecto, porque es gracias a vosotros que puede llevarse a cabo. Así que disfrutad con la espera, pero sobre todo, sacadle todo el partido a cada libro cuando lo tengáis en vuestro poder.
Estamos viviendo algo mágico y seguro que será una experiencia que no olvidaremos jamás.

Ésta es la lista de los libros participantes. Si os animáis, no tenéis mas que uniros al grupo y disfrutar de este proyecto.


Aquí os dejamos el enlace que os llevará hasta una historia mágica creada por la autora de "Abrazando el olvido", Raquel Sánchez García, donde, de forma muy emotiva, nos relata la despedida entre autora y obra cuando la lanza al maravilloso mundo creado por el proyecto Libro viajero aventurero 

lunes, 27 de febrero de 2012

ENTREVISTA A FRANCISCO JOSÉ PALACIOS GÓMEZ 14/02/2012

Francisco José Palacios Gómez nació en Cádiz el 4 de abril de 1978, aunque vive desde 2011 en la cercana población de San Fernando. Tercero de siete hermanos, compaginó desde muy joven trabajos de diferentes índoles con sus estudios, hasta que se diplomó en Relaciones Laborales por la UCA en 2003. Desde entonces es el responsable del departamento laboral y de constitución de empresas de un buffet de abogados en Cádiz. Dado a la afición por la lectura y la escritura desde niño, publica su primer libro, “Relatos de sal”, en 2010. Actualmente prepara su segundo trabajo, “El alma que vistes”, y está terminando una novela basada en el Londres del siglo XIX, “La ira de Teresa”.


Con motivo del día de San Valentín, realizamos en nuestro grupo de Facebook el sorteo de un ejemplar de "Relatos de Sal", de este autor novel que os acabamos de presentar, en el que para participar había que dejarle una pregunta. Hoy os traemos la entrevista para que podáis leer lo que nos contó Francisco. Esperamos que os guste!!


¿Qué es lo que te impulsó para que comenzaras a escribir?

Francisco: Me parece que no existe ningún factor o condición concreta que te empuje a escribir tus primeras frases. En mi caso, siempre me han dicho que tengo gran imaginación. Cuando era pequeño, pasaba las horas con una de mis hermanas inventando juegos a historias. Con el tiempo, aún siendo un niño, quise plasmar esas fantasías en papel. Posiblemente tras leer mi primer libro.

¿Cuál es tu escritor favorito?

Francisco: No tengo ningún escritor predilecto. Me gusta la variedad. Por ejemplo, me encantan ciertas novelas de Stephen King (otras no me gustan nada), de Gabriel García Márquez, de Isabel Allende, de Michel Crichton… y algunos autores noveles que he conocido gracias a mi primera experiencia editorial.

¿Qué libro recomendarías a todo el mundo, sin importar la edad?

Francisco: La isla del tesoro, de Robert Louis Stevenson. Fue mi primera lectura adulta.

¿Crees en la inspiración o en el trabajo?

Francisco: Ambos factores son imprescindibles a la hora de encarar la elaboración de una obra. Primero debes estar inspirado y, segundo, hay que dedicarle tiempo. Mucho tiempo.

¿Te inspiras en realidades históricas para escribir alguna de tus historias o todo es producto de tu imaginación?

Francisco: Algunas sí que se inspiran en realidades históricas. Por ejemplo, en el libro “Relatos de sal”, se incluyen dos narraciones que se basan en hechos reales: el pueblo Dorio y la Guerra Civil española. Eso sí, a ninguno de los relatos les falta el toque de magia del que adoro imprimir mis trabajos.

¿Qué "manías" tienes a la hora de ponerte a escribir?

Francisco: Ninguna. Me he acostumbrado a escribir mientras escucho música, con ruido alrededor, mientras me hablan… ¡ni una manía, oye!

¿Te compensa tanto trabajo?

Francisco: Económicamente no. Personalmente, en lo que tiende a la autorrealización, sí.

¿Te impones unas horas al día para escribir, cuando puedes o cuando estás inspirado?

Francisco: Escribo cuando puedo. Mi trabajo, que nada tiene que ver con las letras, me limita mucho el tiempo del que dispongo para la tarea creativa. Luego, cuando me pongo a ello, también dependo de la inspiración. ¡Hay días en los que no soy capaz de escribir ni una sola palabra!

¿Cuánto tiene el libro de recuerdos o cosas que te contaron o aprendiste, y cuanto de fantástico?

Francisco: Cincuenta por ciento de fantástico, cincuenta por ciento inspirado en vivencias propias o ajenas, y en la experiencia del día a día.

¿Para un autor novel aconsejas auto publicación o luchar para que te publiquen?

Francisco: Como están las cosas en estos momentos, mejor auto publicar que trabajar con una editorial pequeña, sin posibilidad de promoción y distribución.

¿Cuál es tu libro preferido?

Francisco: No tengo ninguno. Adoro La isla del tesoro, Misery, Cien años de soledad, La casa de los espíritus, La casa de Bernarda Alba….

¿Te gustan más los libros en papel o digitales a la hora de leerlos?

Francisco: Hoy por hoy creo que el papel es insustituible: su tacto, su olor… evoca a lo tradicional, a lo añejo. No sé si me explico.

¿Qué estas escribiendo ahora?

Francisco: Lo vas a descubrir en breve, pero te adelanto que estoy embarcado en dos proyectos prácticamente terminados.

¿A la hora de describir a los personajes te inspiras en alguien de tu entorno?

Francisco: En la mayoría de los casos no. Puede que alguien me haya inspirado algún gesto, formas de hablar, manías… pero no te sabría decir con exactitud.

¿La sal se refiere a la sal de la vida?

Francisco: Podría ponerme filosófico y darle un cariz metafísico al título de mi primer libro, pero lo cierto es que le puse ese título en humilde homenaje a la salinidad que, en ocasiones, arrastra el viento desde el mar cuando abro la ventana de mi casa en la ciudad donde nací, Cádiz.

¿Por qué recomendarías leer tu libro?

Francisco: No se me ocurre ninguna razón en especial. Hay miles de libros buenísimos. Tantos, que seríamos incapaces de leerlos todos a lo largo de nuestras vidas. No obstante, he querido lanzar una serie de mensajes a lo largo de las páginas de “Relatos de sal” que pueden hacernos reflexionar acerca de la propia existencia y por los que, quizás, merezca la pena leerlo. Tengo algunos lectores que han llegado a parafrasear alguna parte del libro como si fuera una sentencia indiscutible. Eso me llena de gozo como escritor.

¿Cuesta mucho escribir un libro? No me refiero de dinero si no de tiempo...

Francisco: Mucho tiempo. Si algo he aprendido de mi primera experiencia es que hay que trabajar sobre la obra continuamente, revisarla una y otra vez y, cuando estemos satisfechos, volver a repasarla de nuevo.

¿En qué te basaste para elegir la portada del libro?

Francisco: Pues no la diseñé ni la elegí yo. Ese trabajo lo hizo la editorial, y ellos se basaron en el relato que representa el grueso del libro, “El último liberado”, una epopeya de ciencia ficción que ofrece una teoría sobre la existencia de la humanidad.

¿Qué inspiración tuviste a la hora de escribir tu libro?

Francisco: La inspiración llega de innumerables fuentes. Por ejemplo, uno de los relatos de fantasía épica y corte romántico, “Hojas de plata”, surgió de la relación que tengo con mi novia.

¿Tiene relación con hechos reales?

Francisco: Algunos relatos sí, otros no. “La gitana paya” está basada en algunas historias que me narraba mi abuela sobre la guerra civil española.

¿Nos adelantas otro poco de tu nuevo proyecto?

Francisco: En breve.

¿Cual es el libro que has empezado a leer pero nunca has llegado a terminar?

Francisco: El mío. Desde que lo publiqué, he releído algunos de sus relatos, pero no lo he tomado como lectura habitual desde el principio hasta el final. En cuanto a otros libros, odio dejarlos a medias, aunque no me agraden.

¿Hay algún personaje con el que te identificas, que le pusiste rasgos tuyos personales?

Francisco: No, en realidad. Intento destacar algún rasgo de la personalidad del propio personaje que lo distinga del resto, por lo que tiendo a recalcar mucho cuándo uno es más listo, o más torpe, o menos bondadoso. Supongo que todo personaje tiene algo de su autor, pero no te podría decir qué; quizás pudiera hacerlo alguien que me conozca personalmente y se haya leído mis obras.
¿Es verdad que dejas la soltería o por el contrario solo son rumores? Le he preguntado a tu "esposa" y... mejor no te digo lo que me ha contestado...
Francisco: Pues mira, sí. Me caso este 23 de junio con mi novia, con la que llevo diez años. Nos conocimos en la facultad y… ¡hasta ahora! Ella tiene parte de culpa de que “Relatos de sal” exista… ;D
¿Qué piensas si la opinión de la gente sobre tu libro no es la que esperas o deseas?
Francisco: Muchos autores sostienen que la opinión de la gente se las trae al pairo. Yo soy uno de esos escritores que pensaba que no había que hacerle caso a las críticas negativas, pues son algo inevitable cuando expones tu obra al mundo. No obstante, los comentarios desfavorables hacia tu trabajo siempre duelen, porque enseñan que no existe nada perfecto, mucho menos la obra de un aspirante a escritor. Pero hay que aprender a canalizar esa información de tal forma que te permita mejorar para futuras obras. Yo creo que lo he logrado.
¿Que se siente al tener tu libro entre las manos?
Francisco: Es una sensación indescriptible. Cuando abrí las cajas que contenían los primeros cien ejemplares de “Relatos de sal”, noté una especie de agradable alivio, parecido al que sientes cuando apruebas un examen al que le has dedicado horas y horas de concienzudo estudio. La felicidad que te embarga es deliciosa, y me he deleitado en innumerables ocasiones volviendo a recordar lo que sentí en ese momento.
¿Les dejas leer el borrador a la familia antes de mandarlo a la editorial?
Francisco: Mira, es curioso cómo se concibió mi primer libro. No tenía intención de publicar cuando me ponía a escribir esos relatos que, más tarde, lo conformaron. Se gestaron por distintos motivos: a mi amor por las letras, se le sumó el amor que profeso a algunas personas, a quienes escribí diversas historias para disfrute propio. Cuando me percaté de que tenía muchísimo material y de que las críticas hacia esos cuentos eran positivas, decidí recopilarlo todo y enviar el manuscrito resultante a varias editoriales, no con demasiada confianza, la verdad. O sea, que muy pocos leyeron el contenido de “Relatos de sal” antes de su publicación. Con mis nuevos manuscritos estoy actuando con mucha más prudencia, y sí que están pasando el filtro de varios lectores antes de darles luz verde.
¿Qué te mueve a observar y escribir acerca de la oscuridad interior de los seres humanos?
Francisco: Siempre me ha resultado muy curioso los mecanismos psicológicos de las personas. ¿Por qué actúan del modo en que lo hacen? ¿Por qué toman unas decisiones sobre otras? ¿Qué les empuja a tomar determinados caminos? Algunos de los relatos de este libro se inspiran en esas preguntas y las respuestas que he hallado.
¿Cómo te organizas a diario para compaginar trabajo, escritura y vida familiar?
Francisco: Es muy complicado compaginar todas las responsabilidades que tiene cualquier persona que no se dedique a escribir profesionalmente. En mi caso concreto, aprovecho algunas horas de la noche, antes de dormir, para ir moldeando las nuevas historias que compondrán los manuscritos que tengo a punto. Trabajo durante el día y los fines de semana, festivos y vacaciones lo dedico a mi familia. No me queda más remedio que hacerlo así o no hacerlo.
¿Cómo eliges el título?
Francisco: En cuanto a “Relatos de sal”, ya he explicado anteriormente el por qué de su título. Para las nuevas obras que estoy preparando, me gusta darle vueltas al argumento, intentar condensar en una sola frase todo lo que se narra en la historia. No es fácil y puede que no llegue a escoger el título que mejor le venga, pero siempre se da con alguno que te llena a la hora de pronunciarlo. Por ejemplo, mi nuevo libro se llamará: “El alma que vistes”.
¿En qué "amor" te inspiraste para escribir esta obra?
Francisco: Pues abordo el tema del amor en sus múltiples facetas. Hablo del amor por uno mismo, por defender lo que se quiere, en “El destino del dorio”; hablo del amor entre hermanos, y de padres a hijos, en “El último liberado” y “La gitana paya”; hablo del amor entre un hombre y una mujer en “La Herencia de los Condes de Villaperdida” y “Hojas de Plata”. En concreto, para este último relato, me inspiré en el amor que siento por mi novia. Se lo escribí como regalo en una fiesta de San Valentín, hace algunos años.
¿Qué mensaje has querido dar con tu obra?
Francisco: En general, que el amor desinteresado puede dar lugar a grandes gestas, a heroicidades inimaginables por parte de cualquier persona.
Estuve viendo el blog y por lo que leí son historias muy diferentes. Quería saber si hay algo en común que las une.
Francisco: No, no las une nada. Son, como bien apuntas, historias totalmente distintas unas de otras. Odio repetirme cuando escribo. Me encanta probar fórmulas nuevas de narrar, argumentos dispares los unos de los otros… innovar, en definitiva.
¿Cuál fue el primer libro que leíste en tu vida?
Francisco: Bueno, después de leer el Micho y Micho 2 (libros obligatorios en la por entonces E.G.B. en que una familia de monísimos gatitos enseñaban las letras del abecedario y algunas palabras básicas), me parece que el primer libro que leí fue “La isla del tesoro”, de Robert Louis Stevenson. Me impactó de tal maneta que me hizo un adicto a la lectura. Creo que tenía unos ocho años y, hasta entonces, jamás me había acercado a un libro.
¿Guardas todavía el primer libro que te regalaron?
Francisco: No. Es una pena, pero con los años aprendemos a darle valor a lo que tuvimos y no conservamos.
Tu sal es: salada, valiosa o alegre.
Francisco: Alegre. Suelo ser bastante positivo frente a las adversidades y a la vida en general aunque confieso que, cuando releo “Relatos de sal”, se aprecia un halo a melancolía, a tristeza, que no sé de dónde ha salido. Quizás lleve dentro de mí cosas que aún desconozco. La escritura te hace descubrir partes de ti mismo que ni sospechabas llevar dentro. Se puede decir que es una especie de terapia.
¿Cuántos relatos tiene el libro?
Francisco: Son siete relatos, aunque el cuarto, podría calificarse de novela corta, debido a su extensión.
¿Qué se siente cuando ha terminado el libro? ¿Lo ves perfecto, o siempre cambiarias algo?
Francisco: Un escritor jamás pondría punto y final a un libro. Cada vez que se revisa, aparecen nuevas erratas, frases que modificas, términos que varías por otros… Nunca se está contento del todo con el resultado final.
¿Por qué le pusiste sal a tus relatos y no azúcar?
Francisco: Si en lugar de vivir junto al mar lo hubiera hecho junto a una fábrica de azúcar… tampoco le hubiera puesto “Relatos de azúcar” ¿Alguien ha sufrido con la fetidez que despide una de esas fábricas? ¡El olor es nauseabundo!
¿En qué momento te surge ese click, que te llevó a escribir y compartir tus obras?
Francisco: En cuanto al “click” que me lleva a escribir, puede surgir en cualquier parte y en cualquier momento. El cerebro es un órgano caprichoso, que puede enlazar cualquier situación que estés viviendo, con algún recuerdo o pensamiento previo y sacar alguna conclusión asombrosa. Me ha pasado mil veces y me volverá a pasar. Algunos lo llaman musa. Otros, inspiración. Es cierto que aparece en el momento más insospechado. De ahí que muchos escritores aconsejemos no forzar la máquina cuando la inspiración nos abandona: dar un paseo, ver la televisión, tomar una cerveza con un amigo, en cualquier momento nuestro cerebro nos sorprende y nos da la respuesta al enigma planteado.
En lo referente a compartir mis obras, es más complejo. La insistencia de mi novia, una de mis primas y algunos amigos que habían leído varios relatos de los que compondrían “Relatos de sal”, me insistieron en que probara suerte con las editoriales para ver si me publicaban. Lo hice con poca confianza, la verdad…
¿Prefieres escribir relato o novela? ¿Hay alguna diferencia aparte de la extensión?
Francisco: Prefiero escribir relato. Supongo que a cada escritor se le dará mejor una cosa u otra. En mi caso, mi naturaleza impaciente y mis inquietas musas me obligan a poner punto y final a las historias que escribo para empezar a moldear la nueva idea que se enquista en mi cerebro y no deja de dar vueltas hasta que la vomito sobre el papel. No obstante, ya me he lanzado a la novela, de tal forma que tengo un manuscrito casi terminado.
Las diferencias entre ambas son notables. En el relato vas a la anécdota, al hecho que hace que merezca la pena contar esa historia. En la novela, debes mantener la atención del lector durante muchas páginas, lo que es más complejo. No me vale que alguien me diga que ha escrito una novela de doscientas páginas cuando más de la mitad se agota entre diálogos insustanciales y acciones irrelevantes. Si quieres escribir una novela, cada capítulo debe enganchar al lector, mantenerlo pegado a sus páginas por lo original/sorprendente/hermoso de tus palabras.
¿Qué buscas al publicar un libro? ¿Qué te gustaría conseguir?
Francisco: A corto plazo, reconocimiento. No hay mayor pago a un autor que las palabras de agradecimiento de un lector que ha disfrutado con tu trabajo. A medio y largo plazo, una fuente de ingresos compatible y complementaria a la profesión de la que vivo.
¿Tu próximo libro es también de relatos?
Francisco: Lo vas a descubrir en breve, pero te adelanto: sí y no.
¿Qué opinión te merece la difusión y el trato que dan las redes sociales a los escritores, tanto noveles como veteranos?
Francisco: Las redes sociales son un arma de doble filo. Posiblemente, en los principios del auge de las redes sociales, algunos escritores aprovecharon el nuevo medio para dar a conocer sus obras y, posiblemente, para vender muchos libros. Hoy día somos cientos los escritores que pululamos por internet, cual moscas insidiosas, mendigando a los lectores para que lean nuestros libros. Eso da lugar a que todos tengamos las mismas oportunidades, sí, pero también a que los lectores se quemen cuando, tras leer a varios escritores noveles y sentirse defraudados por sus escritos, vuelvan a centrarse a los escritores consagrados. Pagarían los buenos autores noveles por los malos, pero es algo inevitable. Algo parecido pasa con Amazon. Todos nos vamos a sumar al carro de la página de ventas de libros digitales por excelencia. Lo que pasa es que el pastel se está repartiendo en tantos pedazos, que vamos a tocar a muy poco por cada uno.
¿Tenías clara la idea de lo querías contar o te fue surgiendo una nueva cuando empezaste a escribir?
Francisco: Siempre tengo claro lo que quiero contar cuando empiezo una nueva historia. No aconsejo a ningún escritor que inicie un relato o novela sin saber a dónde quiere llevar. Esto da lugar a que, a la mitad de la obra, estemos tan desorientados que acabemos abandonándola, frustrados. Lo que sí es inevitable es que, durante el camino que te has marcado previamente, vayan surgiendo otros secundarios, historias paralelas o modificaciones del hilo argumental principal que case más con lo que querías contar, por lo que decides tomar esos caminos nuevos.
¿Qué se siente al caminar por las calles y ver tu libro en las librerías y que la gente lo compre?
Francisco: Indescriptible. Es una sensación de triunfo y autorrealización incomparable con cualquier otra que haya sentido hasta la fecha. Cuando mi libro llegó a las librerías, me fui a dar una vuelta y gocé comprobando cómo lucía “Relatos de sal” en sus estanterías. Cuando lo encontré en un centro comercial de una red muy conocida a nivel nacional, casi lloro de la emoción.
¿Has vuelto a releer tu novela después de publicarla?
Francisco: No. He releído algunos relatos, pero no he tenido tiempo de iniciarlo y acabarlo como una lectura habitual.
¿Qué libro te volverías a leer?
Francisco: Hay muchos: “Esfera”, de Michel Crichton por ejemplo. Es un libro muy entretenido. “Final del juego”, de Julio Cortázar… Podría haber dicho esos como tantos otros. Si me preguntas cuál no volvería a leer, sí que puedo ser más concreto.
¿Cómo organizas las ideas antes de plasmarlas en un libro?
Francisco: Primero tiene que haber una especie de explosión en mi cerebro. Algo que llame mi atención y que lo vea fuera de lo común. Después, me doy a imaginar las consecuencias que tendría ese algo. Durante días, mi cabeza bulle en una actividad frenética, moldeando un esbozo de argumento. Cuando más o menos tengo una idea de lo que quiero transmitir, cómo empezarlo y cómo acabarlo, me pongo frente al teclado y pruebo suerte. A veces, borro una y otra vez hasta que lo que tengo frente a mí me gusta. Otras veces, borro y no vuelvo a tratar el asunto.
¿Crees que los relatos son literatura "menor" al considerarse que son más sencillos a la hora de estructuras y rapidez de sucesos que una novela más larga? ¿O por el contrario los consideras como los grandes anuncios de televisión, donde con 20 segundos en ocasiones son capaces de contarte más cosas que películas de 3 horas?
Francisco: He leído relatos que me han dejado fríos, carente de emoción alguna. Otros que me han impactado, me han hecho vibrar, reír o emocionarme profundamente. Con las novelas me ha pasado igual. Creo que no se trata de si novela o relato. El quid de la cuestión es que la historia enganche, transmita algo que no nos deje indiferentes y que, además, la prosa nos envuelva y no suene a música a medida que vayamos leyendo. Con esos ingredientes, puedes tener un buen resultado, independientemente de su extensión.
¿A qué tipo de público te diriges?
Francisco: A ninguno en concreto, aunque admito que no me gusta que me lean los menores de catorce o quince años, por la crudeza de algunos relatos, por la filosofía de otros… Si lo pienso bien, creo que me alejo, aunque inconscientemente, del público que prefiere una película americana de tiros y explosiones, que una buena historia española donde los protagonistas sean verdaderamente humanos.
¿Se puede extender a novela o son concepciones diferentes, desde su creación?
Francisco: Sí que se pueden extender a novela, todos y cada uno de los relatos. De hecho, no pocos lectores me han recriminado que no me haya parado más en algunas historias. Pero, como dije antes, me gusta ir al hecho, sorprender página tras página, separar el polvo de la paja. Creo que es más divertido tanto para mí como para el lector.
¿Qué tiene tu libro que no tengan otros?
Francisco: Nada. Es un libro como otro cualquiera. No se puede generalizar. Creo que para lector en particular, unos libros les calan más que otros. Depende de los ojos que se posen en las páginas de “Relatos de sal”, le dará  mayor o menor valor.
¿Antes de hacer este libro había un escrito en sucio o empezaste a escribir con lo que iba surgiendo?
Francisco: Todo en sucio. Como he comentado anteriormente, el libro es un compendio de relatos que se han ido gestando a lo largo de varios años por motivos distintos, y que decidí compilar en una sola obra. Tal como se escribieron, se compilaron y publicaron.
¿Por qué te hiciste escritor?
Francisco: Bueno, yo no me he hecho escritor. Escritor es una palabra demasiado grande que, aunque a veces la uso para dirigirme a mí mismo, lo hago con la máxima  humildad posible. Escritor te hacen los lectores. Si gusta lo que escribes, si hay quién aprende de los mensajes que vas dejando a lo largo de las páginas de tu obra, puedes considerar que has dado los primeros pasos para llegar a esa meta: ser un escritor de verdad que quizás algún día, recuerden las generaciones venideras.
¿Es tu primera obra?
Francisco: Sí, es el primer libro que he publicado. He disfrutado mucho con su escritura, y más con la aventura de su publicación. Ahora creo que ha llegado el momento de pasar página y de centrarme en mis futuros proyectos.
Los relatos no tienen nada que ver unos con otros, ¿cuál ha sido el más difícil de escribir para ti?
Francisco: El más difícil, sin duda, “El último liberado”. Se trata de una epopeya de ciencia ficción con tintes filosóficos. Bueno, suena aburrido, pero la acción no decae en  toda la trama. Me ha costado más porque, a pesar de ser el más extenso, es en el que he compilado mayor cantidad de mensajes e información que deseaba trasladar al lector.
¿Te gustan otros géneros además del terror?
Francisco: No tengo ningún género predilecto, ni aborrezco ningún género. Cualquier historia, por sencilla que sea, puede encerrar un gran mensaje, y hacernos disfrutar con su prosa. Amo cualquier libro que me llene, que me enganche a sus páginas por la magia de sus protagonistas y del argumento, independientemente que sea de terror, romántico, histórico… Esa afición por cualquier tipo de lectura me ha condicionado a la hora de escribir, pues no me importa encarar una historia de cualquier tipo siempre que tenga muy claro lo que quiero contar.
***


Pues esto ha sido todo. Muchísimas gracias a las administradoras del grupo “Algo más que lecturas”, por darme la oportunidad de expresarme ante todos vosotros. Felicidades a Ruth García Pimienta por ser la afortunada (bueno, quizás eso suene demasiado pedante)… la ganadora de mi primer libro, “Relatos de sal”. Al resto, ha sido un verdadero honor responder a las cuestiones que me habéis planteado. Por ello, vais a recibir la primera parte de mi nuevo manuscrito. Se titula “El alma que vistes”, y estoy poniendo en él todo mi corazón y empeño para lograr la obra que ansío como escritor. Espero que la disfrutéis.

Un fuerte abrazo.

Francisco José Palacios Gómez

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Desde Algo más que lecturas queremos agradecer a Fco. José su colaboración en el grupo y le deseamos mucho éxito en su trayectoria como autor.

Si queréis adquirir un ejemplar de su novela "Relatos de Sal", pinchad en este enlace:  http://www.edicionesatlantis.com/ficha_libro.php?&id=407
   
                                                          

martes, 31 de enero de 2012

ENTREVISTA A SUSANA RODRÍGUEZ, 24/01/2012

Hola a tod@s!! Venimos con una nueva entrevista, ésta vez le ha tocado turno a Susana Rodríguez, autora de "Los cuentos, como yo los entiendo". Esperamos que tras leerla, la conozcáis un poquito más!



La autora nace en León en el año 1972. Hija de un catedrático de latín y de una gran aficionada a la lectura, los libros han sido una constante en su vida, así como en la de sus hermanos mayores.

Los distintos lugares de residencia por los que fue pasando a lo largo de su niñez y adolescencia, tanto en el norte como en el sur de España y las islas, determinan el carácter abierto y la diversidad de paisajes que se reflejan en muchos de sus escritos; así también la música, su otra gran pasión cultivada desde temprana edad, se asoma a sus relatos con frecuencia.

Ha participado en concursos de cuentos y novela en numerosas ocasiones, descartando ese canal como arranque de su carrera literaria, y optando finalmente por la autoedición de su primera obra, “Los cuentos, como yo los entiendo”.

En la actualidad, prepara la edición de una novela, además de colaborar con textos en programas de radio, clubes de lectura independientes y revistas de ámbito local. Publica asimismo diariamente cuentos cortos en un blog (http://susanarodriguezcuentahistorias.blogspot.com/) que es visitado diariamente por decenas de lectores.


Y así comenzó la entrevista:

¿Qué te incitó a iniciarse en la escritura? ¿A qué edad empezaste?
Susana: Escribir, lo que se dice escribir, escribo desde que era casi una niña, pero nunca hice nada con aquellos textos. Siempre pensé que no tenían ningún interés.

Sin embargo, hará unos tres años, cuando mi hija mayor comenzó a tocar en una banda de música, y viendo que se necesitaban más músicos y gente que arrimase el hombro, decidí intentarlo yo también. Yo elegí tocar la trompa, pero no fue posible: no había profesor ni instrumento disponible, y además el director de la banda no confiaba demasiado en mi continuidad (ni se imaginaba lo cabezota que puedo llegar a ser cuando me lo propongo). Me dieron un saxofón, y si quieres tocar, esto es lo que hay. No nos caímos bien (el saxo y yo, quiero decir).

Al cabo de un par de meses comprendí que tenía que hacer algo para reconciliarme con él, porque si no sería imposible tocarlo, ni yo pondría interés ni él se dejaría. Eso originó mi primer cuento, “El músico mudo”. Lo di a leer, y a la gente le gustó. Lo envié a varios concursos, y no gané nada, pero me piqué.

Al cabo de dos meses, encontré una paloma de suelta deportiva muerta en mi terraza. Me enfadé mucho y escribí el segundo cuento. Y así empezó todo. Luego llegó el despido de mi trabajo de administrativa, y con el paro tuve tiempo de dedicarle horas a esto.

El resultado fue mi primer libro, “Los cuentos, como yo los entiendo” (ed. Bubok). Más tarde vino la página de facebook, después el blog, la novela que tengo sin publicar y el arranque de un segundo libro de cuentos. Estoy trabajando en ello.


¿Cuánto hay de personal en los cuentos que escribes?

Susana: Hay mucho de mí en todo lo que escribo. Esto es como preguntarle a Nadal cuánto hay de él en su manera de golpear la pelota, evidentemente casi todo. Hay un aprendizaje, unas experiencias de vida y un enfoque que son personales, y que si mi vida fuera de otra manera serían distintos. Eso no quiere decir que lo que relato en mis historias sean cosas que me han pasado a mí, sino que todas llevan mi huella.


¿Tienes alguna meta u objetivo por cumplir?

Susana: Claro que sí, mi objetivo es poder vivir de la escritura. A la larga, el creador deja de crear si esto no le da de comer. Es triste, pero es así. Me gustaría poder publicar mi novela con una editorial que la distribuyese bien, y llegar a tener el respaldo económico suficiente como para seguir escribiendo.

No pido hacerme rica, sólo que mi trabajo sea un trabajo de verdad, es decir, que se vea remunerado. Y de ahí en adelante, ya podría marcarme nuevas metas.

Tienes un blog donde publicas a diario una serie de historias, ¿todas son actuales o has publicado alguna que tuvieras en el llamado baúl de los recuerdos, porque le tengas un especial sentimiento?
Susana: No, no hay baúl. Escribo al día, cazo las historias a medida que me van saliendo al paso, aunque a veces sí que tiro de experiencias pasadas, de recuerdos, pero son sólo las ideas. Les doy forma el mismo día que se publican. Soy como un panadero, pero en lugar de pan fresco hago cuentos frescos. Sólo una vez publiqué un cuentito, “La hermosa mujer de los labios de cobre”, que escribí para un concurso y que no fue seleccionado, pero la historia me gusta y lo recuperé para el blog.

¿Por qué cuentos? ¿Lo haces como preámbulo a algo más largo?

Susana: Hago cuentos porque durante mucho tiempo trabajé a tiempo completo a la vez que llevé adelante mi casa y mis hijas, sus estudios, los míos, las actuaciones musicales… y no tenía tiempo ni de mirarme al espejo.

Pienso en toda la gente que está en la misma situación que yo estaba entonces y me imagino que no leen porque cualquier novela les exigiría un tiempo del que no disponen.

Sin embargo, un cuentito corto que les regale una historia con principio y final en cinco o seis minutos sí está a su alcance, aunque sea a la hora de ir al baño (no nos engañemos, todos leemos en el baño, aunque no lo digamos) o antes de apagar la luz y caer rendidos de sueño.

¿Crees que está más en boga ahora el relato corto y el micro-relato que la novela?
Susana: No, la reina sigue siendo la novela, sin duda. El relato para adultos es un género minoritario. Y el micro-relato es más cosa de concursos, revistas y suplementos de prensa que algo que se publique en formato libro.


Sé a ciencia cierta que todos los días publicas un cuento, pero ¿escribes a diario, o vas publicando cuentos ya escritos con anterioridad? Y otra pregunta: ¿puedes decirnos tus gustos literarios, escritores, temática...?

Susana: Como ya he comentado antes, escribo a diario. La imaginación es como los músculos, se desarrolla más si se entrena un poco todos los días. El blog es mi “imagi-mnasio”.

En cuanto a mis preferencias, me gusta sobre todo la literatura en español. Por fieles que intenten ser, las traducciones siempre modifican, aunque sea levemente, la intención del autor. Cuando escribo algún relato en valenciano, no lo escribo en español y luego lo traduzco, sino que lo hago directamente en valenciano, usando los giros y expresiones que son literalmente intraducibles y propios de la lengua. Los refranes, latiguillos y otros elementos que tiene cada idioma son los que le dan carácter, y al traducir se pierden en parte.

Mis autores, esos a los que siempre acudo y que no me defraudan, son Isabel Allende, Gabriel García Márquez, Miguel Delibes y Vázquez Figueroa. Y entre mis libros favoritos hay obras sueltas de algunos más: Almudena Grandes, Laura Esquivel…


De no ser escritora, ¿cómo harías para expresar toda la creatividad que llevas dentro?

Susana: Seguramente sería a través de la música: el saxo y el laúd, que son mis compañeros de viaje, y el canto, que me apasiona.


¿Querrías hablarnos de tus primeros pasos en la literatura?

Susana: Pues de concurso en concurso y tiro porque me toca, hasta que me di cuenta de que por ese canal no iba a sacar nada en limpio.

“Los cuentos, como yo los entiendo” recoge mis inicios. La novela que tengo en el cajón es un gran experimento que espero que vea la luz algún día, y excepto el blog, que es una realidad inmediata, lo demás son todo proyectos.


¿De qué color ves la vida?

Susana: La veo como es, con sus blancos, sus negros y sus grises. No vivo en los Mundos de Yupi, aunque a veces lo parezca. El paro, los problemas, las enfermedades y el dolor me afectan a mí igual que al resto de las personas. Otra cosa es cómo las refleje yo cuando escribo. Ahí sí uso el rosa, el azul, el verde y el dorado; si cuando Velázquez pintaba a los reyes no les hubiera hecho más guapos de lo que eran en realidad no se habría comido una rosca, ¿verdad? Nadie quiere leer cosas que le hagan sentirse mal.


¿Se te hace difícil publicar? ¿Cómo es la movida en el mundo editorial hoy?

Susana: Para publicar te tienen que conocer en las editoriales, y eso es imposible si no tienes un agente literario que te presente, o ganas algún premio, o consigues llegar mediante la autoedición a ser un poco nombrado.

Enviar manuscritos a las editoriales es prácticamente inútil, según me han dicho. Yo estoy intentando conseguir con mis modestísimos medios tener un puñado de lectores fieles, y lo demás espero que llegue algún día.


Como lectora, ¿qué género te gusta más? Y como escritora, ¿incursionas en los distintos géneros o sólo en el relato corto?

Susana: Leo mucha novela, porque es lo que más hay, pero el cuento también me gusta mucho para entretenerme leyendo. Dentro de las novelas, huyo de la ciencia-ficción y de la novela excesivamente negra. Prefiero otras temáticas más accesibles.


¿Cómo descubriste tu vocación?

Susana: Me gusta decir que la escritura es como el amor, vino a mí cuando menos lo esperaba. Escribir es algo natural, todos lo hacemos. Simplemente hizo falta que alguien me dijera “oye, qué bonito. ¿Tienes más?”


¿Tienes alguna manía a la hora de escribir?

Susana: No, no tengo ninguna. Escribo en cualquier sitio, siempre llevo libretas y bolígrafos en el bolso para anotar lo que se me va ocurriendo.

Algunos de mis cuentos los he escrito en la sala de espera del médico, en una cafetería, o en el autobús. A menudo está la televisión puesta, o alguna de mis hijas tocando, y yo sigo dándole a la tecla.

En el único momento que sí necesito silencio es a la hora de corregir antes de publicar. Ahí sí, la concentración es indispensable.


¿Qué opinas sobre las redes sociales a la hora de ayudar a los autores a promocionar sus obras?

Susana: Las redes sociales son una gran herramienta. De momento son el medio en el que me muevo, llegan a todo el mundo. Y todos son, para mí, lectores potenciales.


¿Te has sentido bloqueada en algún momento mientras escribías? ¿Qué has hecho para superarlo?

Susana: Cuando escribes a diario, el bloqueo es algo que inevitablemente llega alguna vez. Entonces tiro de memoria, saco mis álbumes de fotos, llamo a mi madre, doy un paseo… y en el rincón más insospechado, ¡zas! Salta el cuento.


¿Aceptas toda clase de críticas? ¿Las consideras constructivas?

Susana: Las críticas nunca me dejan indiferente; siempre que se hagan de una manera educada y elegante, son necesarias. Las destructivas también me afectan, aunque procuro que no me hundan. Pero tomo buena nota de ellas, desde luego. Me ayudan a saber qué piensa la gente de lo que escribo. Son un gran barómetro.


¿A qué tipo de público quieres llegar cuando escribes?

Susana: Me gusta escribir para todo tipo de público, pero lo que más me gusta es hacerlo para las mujeres. Conectar con su sensibilidad, tratar los temas que les afectan, y ayudar a que sean conscientes de su potencial, de su ternura, de su valor.

Me gusta lograr transmitirles que su emotividad, por acentuada que sea, no les resta un ápice de inteligencia. Y me gusta saber que mujeres que antes no leían nada ahora buscan el cuento diario y se lo pasan en grande.


Mucha gente tiene un libro que siempre recuerda a lo largo de la vida. ¿Cuál es el tuyo?

Susana: Tengo dos. Uno es “El Camino”, de Miguel Delibes. La primera vez que lo leí tenía once años, y la última fue hace un par de meses. Vuelvo a él a menudo.

El otro, el que me dijo cuál era mi camino como escritora, fue “Como agua para chocolate”, de Laura Esquivel. He perdido la cuenta de las veces que lo he leído.


Además de escribir, ser mamá, ama de casa... ¿tienes algún otro oficio/profesión?

Susana: Sí, soy auxiliar de clínica geriátrica y también administrativa. Hay que comer…


Nos gustaría saber cómo entiende Sú los cuentos, y si está relacionado con la forma que tiene de girar situaciones que pueden ser serias, incluso dramáticas, para sacar de ellas una sonrisa.

Susana: Entiendo los cuentos como un arma. De ella me valgo para decirles a los demás: “Hey, fíjate, no todo es tan malo. Dale la vuelta a lo que te está pasando y aprovéchalo”.

Para mí fue un drama el que me despidieran de mi último trabajo de administrativa, llevaba cinco años en la empresa y me sentí muy mal. Pero luego me di cuenta de que gracias a eso tenía tiempo de escribir, y que esto me apasionaba. Y también de que me estaba equivocando de camino, que el bueno es este.

Ahora lo veo así. Además, trato de afinar mi sentido del humor para provocar la sonrisa de los demás. Es un combustible necesario para la vida, y ahora escasea. La gente necesita reírse.


¿Huyes de algo a la hora de escribir? ¿Te evades y te dejas llevar por la escritura para no pensar en el mundo real tal y como lo conocemos o por el contrario te enfrentas a él con la mejor de tus armas: las letras?

Susana: Suelo huir de las cosas que hacen que los posibles lectores se sientan mal. No utilizo mis cuentos jamás para herir, aunque supongo que algunas de mis reflexiones pueden hacer que alguien se sienta aludido. Tiendo más a escribir para la emoción y la risa. Y en las contadas ocasiones en las que hago historias tristes, lo hago porque sé que esos temas afectan y es necesario tratarlos, como por ejemplo el maltrato a la mujer, a los animales… Como ya he dicho antes, no vivo en los mundos de Yupi, y en la sociedad actual los tabúes ya no existen. Se puede, y se debe, hablar de todo.


Despedida
Le damos las gracias a Susana por haber participado en esta entrevista que nos acerca un poco más a ella y comprender más, si cabe, cómo entiende ella los cuentos.

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